5 Paradojas locas del cerebro que afectan nuestra vida
El cerebro humano es increíble. Los científicos modernos afirman que sus capacidades aún no están estudiadas al máximo. Y con cada día que pasa surgen más preguntas que no tienen respuestas. Pero incluso los pocos datos sobre el cerebro que conocemos, impresionan de verdad.
Quiero compartir contigo 5 paradojas del cerebro que afectan silenciosamente nuestra vida cada día.
La paradoja de Orwell
George Orwell estudiaba cómo el idioma afecta nuestros pensamientos. En su novela “1984“, los sitios más horribles llevaban nombres bonitos, por ejemplo, ”ministerio del amor» o “campo de alegría”. Como resultado, los personajes de su novela creían que las cosas asquerosas en realidad eran hermosas. Y el idioma, donde todas las nociones significaban cosas totalmente contrarias, fue llamado neolengua.
Al principio parece que esto solo pudo haber sucedido en una novela antiutópica, pero Orwell advirtió que próximamente nosotros mismos empezaríamos a usar activamente esta neolengua. Y eso de verdad sucede: por ejemplo, cuando vemos comerciales en los que la realidad está demasiado adornada con frases bonitas. Muchas veces nuestro cerebro recibe la información con esta neolengua y le cree, incluso cuando no tiene nada que ver con la realidad.
La paradoja del valor
Este término apareció por primera vez en la economía, pero ahora se usa en todo tipo de campos de la vida.
Intenta contestar la pregunta: ¿qué es más valioso: un diamante o un vaso con agua? Cualquier persona contestaría que, sin duda, un diamante vale más. Sin embargo, si se lo preguntas a una persona que pasó muchos días en un desierto caluroso, lo más probable es que te conteste que no importa el precio del diamante, el agua es más valiosa.
Esta paradoja comprueba que todas nuestras aficiones e intereses fueron formados bajo la influencia del mundo exterior. Por lo tanto, todos nuestros sueños pueden cambiar en cualquier momento si, por ejemplo, nos mudamos a otra ciudad o cambiamos nuestro entorno. Vale la pena pensar: ¿estás 100% seguro de tus valores?
La paradoja de Kafka
En el cuento de Franz Kafka «Poseidon», el rey del mundo submarino siempre estaba sentado en una mesa y realizaba todo tipo de cálculos. Tenía tanto trabajo burocrático que el señor de los mares no podía dejarlo ni por un minuto para de verdad gobernar su reino.
Claro que Poseidón pudo haber delegado este trabajo a otra persona pero no creía que alguien más pudiera hacerlo. De esta manera, se convirtió en el prisionero de su propio ego, creyendo que era el rey más inteligente del mundo, sin serlo en realidad.
Ahora ponte a pensar: ¿cuántas veces rechazas la vida de verdad verdad porque piensas que nadie resolvería tus problemas mejor que tú?
La paradoja de la unanimidad
Esta paradoja está muy presente durante las investigaciones de crímenes complicados. Según ella, cuantas más personas coinciden en una opinión, mayor es la probabilidad de que ésta sea errónea.
Así funciona nuestro cerebro: subconscientemente, siempre coincidimos con la opinión de la mayoría de las personas. Supongamos que te citaron para que identifiques al delincuente, y estás 100% seguro de cuál de los sospechosos es el culpable. Sin embargo, los demás testigos dicen que fue otra persona. Probablemente no solo estarás de acuerdo con ellos sino que estarás absolutamente seguro de que estás en lo correcto. Porque la multitud no puede estar equivocada.
La paradoja de Platón
El filósofo Platón creó esta fábula para mostrar lo tonta e ignorante que puede ser la gente y lo difícil que es corregirlo.
Imagina un grupo de reclusos que desde el nacimiento viven en una cueva oscura. Todo lo que ven son las sombras que aparecen en las paredes de la cueva. A todas las sombras oscuras les ponen nombres. Le dicen “árbol“ a la sombra de un árbol, ”perro» a la sombra de un perro.
Si un día los reclusos salen de la cueva y ven un árbol y un perro verdaderos, no creerán para nada que estos objetos tan extraños en realidad son un árbol y un perro. De esta manera, siempre permanecerán prisioneros de su propia experiencia.